La historia de un pueblo también puede contarse a través de su comida.

Le llevaremos en un viaje de exquisitos sabores antiguos, producto de la fusión de costumbres entre la civilización maya y las culturas del mundo que echaron raíz en esta región (hoy sureste de México, Yucatán). Un proceso que duró al menos 300 años, entre el 1500 y el 1800; en un ambiente de nostalgia y orgullo que se deja sentir por nuestro recinto sede: una casona colonial del siglo XVIII, cariñosamente restaurada por la familia Lara Puerto, que aún conserva algunas pinturas de su histórica época dorada.

Por respeto a nuestras costumbres, preparamos la comida con ingredientes locales, siguiendo las recetas tradicionales celosamente guardas por generaciones, y la cocemos bajo tierra por más de 15 horas, en fuego prendido con maderas chukum y catzín, con hojas de roble y jabín.

Es mejor reservar.

Por la preparación enterrada, es imposible preparar más comida instantáneamente como lo hacen los restaurantes típicos que hoy abundan en las ciudades.

Sea testigo del mágico desentierro de la comida en nuestra terraza, en compañía personal de nuestro Maestro Pibil (Únicamente a la hora de la apertura y con reservación)

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